sábado, 30 de noviembre de 2013

¡¡¿QUE HAGO CON ESTA TRISTEZA...?!!


Desarrollo Humano

  ¿Te suena familiar la siguiente frase? “¡Pero no estés triste…!” o que tal “¡Los hombres no lloran…!” o la famosísima frase “¡No llores por el (ella), no vale la pena…!”.

   Si has escuchado estas frases y mas aún, si eres de los que las usan, déjame decirte que la tristeza es parte del caminar humano.

   Desde niños nos han enseñado que uno no debe estar triste o enojado, ¡incluso deprimido! Lo peor de esto es que hemos comprado esa ideología. Esto ha hecho que reprimamos nuestros sentimientos que, a la larga se acumulan mas y mas como una olla de presión, claro que llega un punto en que tiene que explotar, y peor aún, en muchas ocasiones ¡llegan a implotar! y es cuando nos enfermamos de estreñimiento, colitis, insomnio, etc. ¿te suena familiar…?

  Entonces… ¿Que hago con esta tristeza?...

Lo mejor es atender esa tristeza, (esto aplica con cualquier sentimiento). Hay que dejarla salir de una manera sana,  por ejemplo: escribiendo en un cuaderno, llorando, platicárselo a alguien pero, con la condición de que solo nos escuche y acompañe, esto es porque por lo general recibimos o damos consejos sin estar sanos o preparados y es cuando “sale mas caro el caldo que las albóndigas”.

  Estas formas de atender dichos sentimientos, significa -aceptar que tengo este sentimiento- y –dejar que se exprese- ya que por mucho tiempo ha estado reprimido, esto se hará, las veces que sea necesario. Quiere decir que en ocasiones no bastara hacerlo una o dos veces ya que el sentimiento puede necesitar ser atendido mas tiempo. Si no quieres que alguien te vea o escuche, busca un lugar donde estés solo y donde puedas estar tranquilo y sin interrupciones, puede ser en el campo, en tu cuarto, o frente al Santísimo.

  Despues de haber hecho este proceso, siempre es bueno imaginarse a uno mismo en un lugar tranquilo e imaginarse a Jesús que viene a nosotros y platicarle por lo que estamos pasando, abrazarlo y aceptar su amor y paz y permanecer ahí con Él, el tiempo que uno necesite. Por ultimo agradecerle por ese momento.

   Recuerda, siempre es bueno buscar la ayuda o el consejo de alguien preparado como un sacerdote, psicólogo, guía espiritual, etc. Busca a alguien que este en los caminos de Dios y que este en busca constante de sanación interior. Ya sabes, "Un ciego no puede guiar a otro ciego". Lc 6, 39



Oración.

Señor, dame valentía para enfrentar mis tristezas, amor para aceptarla y acogerla y lléname de tu Espíritu Santo para descubrir el origen de esta tristeza y atenderla. Sáname Señor con el poder de tu amor y así responder a ese amor sirviéndote mejor. Amen.

Bendiciones.

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